Saturday, June 27, 2009

Frente a la crisis, Mejora de procesos

Antes de comenzar con el contenido de este artículo, prefiero dedicar unas líneas a explicar una de mis premisas de partida:

Reducir plantilla no es ser eficiente ni optimizar nada. Realmente, reducir plantilla, a lo sumo es ser “eficaz”; entendiendo por eficacia aquella creencia de que realizamos el “mismo” trabajo con menos personas. Lamentablemente, en la gran mayoría de los casos, y hablando con rigor, no es posible. Incluso en aquellos casos en que, bajo apariencia de cifra en volumen o cuenta de resultados, se genera la ilusión de que lo estamos consiguiendo, siempre se resiente algo: léase calidad de servicio, de producto, plazos, imagen percibida, etc.
Este tipo de medidas, desde mi punto de vista, más que ser eficientes o eficaces son mediocres. ¿Qué aporta más valor: reducir “gasto” u optimizar los recursos para obtener mejores resultados?

Lo que quiero plantear, esta vez desde la perspectiva de los procesos (de negocio, de gestión, operativos, de rrhh, etc), es una “verdadera” optimización. Con verdadera, lo que trato de expresar es que, probablemente somos capaces de replantearnos las diferentes etapas o fases dentro de un proceso y eliminar alguna, pulir cuellos de botella, realizarlos con menos recursos, unificar 2 turnos en 1, etc. Pero lo que realmente es importante, difícil y requiere de un verdadero compromiso y mayor esfuerzo intelectual es analizar el proceso no sólo como algo aislado, donde después de haberlo definido pongo recursos a ejecutarlo (a algunos a los recursos nos gusta más llamarlos personas).
¡No! Lo realmente diferencial, lo que determinará que no sólo aguantemos la crisis, si no que la convirtamos en una oportunidad y salgamos reforzados de ella, son las personas. Si, las personas, y ya sé que ahora no están de moda porque ahora ya nadie habla de gestión del talento. Parece que sólo sepamos hablar de ERES.

En términos de procesos, muchas veces lo obvio no lo es tanto. Cuando tenemos un proceso en marcha desde hace tiempo y hay personas ejecutándolo, lo que nos puede aportar valor al mismo, lo que puede hacer que ese proceso mejore, es rediseñarlo conociendo las capacidades y “talentos reales” de aquellas personas involucradas en él.
Si trabajamos en el rediseño del proceso con ellas y no a espaldas de ellas, podremos identificar aquellos puntos del mismo donde los cambios o mejoras aportarán diferencias positivamente perceptibles por el cliente, aún manteniendo el coste. El cliente es un término amplio en este caso; el cliente es el usuario final, pero también el departamento de calidad que recibe productos en mejores condiciones de la línea de producción; el departamento financiero, que debido a una gestión de cobros más eficiente en el canal comercial, evita provisionar la morosidad, evita el coste de las sociedades de factoring; etc. Incluso lo es la sociedad en general.

Sí, la sorpresa final es que con cualquiera de los ejemplos anteriores (y se podrían poner miles de ellos) estaremos contribuyendo a la mejora del resultado y de la imagen de la compañía. Y ello, simplemente por el hecho de optimizar los procesos y elementos que forman parte de la cadena de valor de nuestro negocio, sea el que sea.

Eso sí, recuerden, optimizar "de verdad"...

Tuesday, June 23, 2009

Consejos desde otro lado del charco...

Un amigo y cliente de Argentina me decía algo que seguro que todos compartís, me decía: "Oye, ¿qué pasa con los españoles, como es que con todos los que hablo ven todo negro?"

La realidad es que en principio, lo que me vino a la cabeza en primer lugar fue mi conversación con Alberto en Expomanagement (Alberto es socio-director en una consultora de rrhh), que comentaba lo que yo también estaba oyendo de otras personas y es que este año, el evento estaba "raro", si raro porque más allá de las ponencias (como siempre algunas muy interesantes y aleccionadoras, otras absolutamente surrealistas) toda la gente lo único que tenía en boca era la siguiente secuencia de palabras: despido, regulación, ERE, cargarse a, quiebra, reducción de costes, ... mejor no sigo con las demás florituras. Pero en esta dinámica de conversación tan catastrofista, resulta que también están inmersos mi propios vecinos: que si han echado a no se quien, que si no me voy de vacaciones porque tal como están las cosas... (Pero "¡¡¡leches!!!", si sois los 2 funcionarios, cobrais y cobraréis pase lo que pase...)

Pues bien como seguro que el párrafo previo les suena muy familiar y desalentador, vamos a lo interesante, que es lo de mi amigo el argentino, que dice que en su país, aún teniendo la ventaja de "saber vivir en crisis permanente", enfocan las cosas más al disfrute del día a día, al corto plazo y de forma flexible en cuanto a sus expectativas.
A mi esto me recuerda varias cosas muy interesantes y que son contrasentidos:

- desde el mundo empresarial, los grandes gurús llevan tiempo diciendo que ya no valen las estrategias a 5 años, que hay que revisar la dirección de nuestras empresas anualmente, ir consolidando el corto y el largo debe ser más una referencia que una estrategia férrea a inamovible.
MI AMIGO PROPONE A ESTO: Pues no "cortemos la inversión si los resultados van bien, no aprovechemos la coyuntura del miedo para tener más miedo y sobre todo no aprovechemos la coyuntura para justificar las decisiones que no tenemos la valentía de tomar cuando las cosas van bien. Esto último sólo alimenta el desánimo y la percepción de desastre económico en la sociedad

- desde el mundo, personal, casi el 80% de los españoles en edad adulta vivimos pendientes del Euribor, y como ahora ha bajado, pues tenemos más "pasta", pero seguimos tristes.
MI AMIGO DICE: Aprovéchenlo, no digo que despilfarren, pero gástense algo de dinero, que el consumo nacional se recuperará y ayudaremos a los tenderos, los bares, a la sociedad en general. Y lo más importante, estaremos menos Tristes...

Gracias Antonio porque ayudarme a relativizar, por ver el mundo con perspectiva y por darme ánimo para no caer en la "tristeza general".

MI LECTURA de sus recomendaciones:

1) Desde las empresas debemos fomentar la creatividad, el compromiso recíproco y la confianza en que las cosas avanzan y, realmente, depende más de nosotros que de terceros.
2) Desde las personas, seamos prudentes, pero intentemos disfrutar de las cosas que cada momento en la vida nos da. Si en crisis estamos tristes porque ya no vamos a poder comprar la casa en la playa que teníamos previsto; estaremos negándonos la posibilidad de disfrutar de unas estupendas vacaciones que son el ahora, la realidad y que no todo el mundo (mundial) puede tener. No seamos egoístas con nosotros mismos, construyamos nuestra felicidad con las pequeñas cosas del día a día. Ya vendrán tiempos mejores...

Una Nueva Etapa

Ya llevaba cierto tiempo sin escribir, pero todo tiene su justificación.

Abro una nueva etapa profesional en mi vida, una etapa que desde hace tiempo me apetecía emprender.

Con muchas ganas e ilusión he comenzado a prestar servicios de consultoría en colaboración con un grupo de estupendos profesionales y mejores personas. Esta nueva etapa se llama "Sistemas y Personas" y nos va a permitir dos cosas muy importantes: la primera es hacer consultoría a nuestra manera, de forma cercana y realmente implicada con los clientes; y la segunda y para mi más importante, es que no sólo jugaremos el papel del "superconsultor" que realiza su proyecto y se va. ¡No! Nosostros ofrecemos a nuestros clientes la posibilidad de acompañarles en la puesta en marcha y consolidación, es decir, en sacar adelante esa realidad implicándonos directamente en la gestión de su empresa.

Agradezco mucho a todos mis amigos y colegas su colaboración en esta iniciativa; y por supuesto agradezco su confianza a mis primeros 3 clientes.

Nos vemos....

José Luis Tamargo